El viaje cruelmente abortado de un haitiano dedicado al
pluriempleo ; el fugaz encuentro amoroso en una ciudad de un par de becarios
que se afanan por presentar sus proyectos de tesis; la familia pseudonuclear en
donde se cuaja el peor de los engaños; una esposa que a fuerza de soportar al
marido aprende todos sus trucos y les saca provecho: en cada uno de los relatos
de Hombres sin órbitas Héctor Santana conmueve con la fugacidad con la
que sintetiza una existencia y la agudeza con la que desnuda y detalla los
aspectos relevantes. Sin advertir remordimientos por la linealidad o la
cronología, con novedosos saltos hacia las antípodas del relato, Santana nos
sumerge en el tuétano de la condición humana, y desviste con delicadeza el
punto neurálgico de cada vida. El ganador del vigésimo concurso de Radio Santa
María enfoca el objetivo en personajes que parecen tocar fondo, mujeres
sometidas por sus familias. Lo extraordinario de su arte narrativo —un incomparable
deseo de poner a trabajar al lector— es la vitalidad para contaminar a los lectores.
Hombres sin órbitas
miércoles, 4 de mayo de 2016
martes, 3 de mayo de 2016
Descubriendo al hombre sin órbitas
En Hombres sin órbitas, Héctor Santana es
provocación y magia: una mezcla delirante que desborda en asuntos tan
cotidianos, como los trastornos que sufre un niño al exponerse al mercurio. Su
escritura nos sumerge en saltos de tiempo y espacio en donde gobierna la
incertidumbre, como quien ve en la herida que sangra el límite de la vida. En
realidad, el momento mágico de su escritura llega cuando el orden se revela y
uno comprende que todo tiene sentido, por desconcertante o atroz que parezca.
En este libro de relatos, las relaciones familiares, consisten en no dejarse
vencer por la apariencia de los demonios. Es como ver El grito de Munch sin
cuestionarse por las razones del mismo. Ahí radica el valor, la trascendencia
de la mirada del artista que nos invita a reinterpretar y redefinir nuestros
roles. La mirada de Santana contraria a la obviedad, ella ve lo distinto.
Héctor Santana: Cuenta vidas desastradas en las que el desastre se acepta con
normalidad; no tiene reparo en mostrar la miseria humana; la degradación, la vulgaridad,la fealdad.
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